Los suelos tienen textura superficial arcillo calcáreo, con bastante presencia de piedras rodadas de origen aluvial, con una profundidad que fluctúa entre los 20 a 60 centímetros de profundidad, para después entrar en una matriz blanca de carbonatos de calcio mezclada con rocas volcánicas, redondeadas.
Los suelos son de pH de 7,6.