La marca homónima del enólogo José Pablo Martin tuvo su gran estreno el pasado 25 de noviembre cuando celebramos una nueva premiación.
Además de triunfar en categorías fuertes como chardonnay y pinot noir, José Pablo hizo lo propio en garnacha y logró grandes puntajes en syrah y carmenère. No por nada obtuvo el reconocimiento a Viña Revelación. “Todavía no me quito la sonrisa de la boca”, nos confesaba una semana después. José Pablo es enólogo y trabajó en diferentes viñas como Chocalán y Tamaya donde estuvo varios años hasta que la marca desapareciera en 2017, luego de una agonía larga y tortuosa. Poco supimos de él estos años, hasta que lentamente sabíamos que ofrecía servicios de maquila en Limarí y que había comenzado a asesorar a Viña Buena Esperanza de Huasco… eso hasta la Convención del chardonnay.
En la instancia creada por Juan José Juliá y Héctor Rojas Barahona en Ovalle, Martin presentó el único vino fuera del Limarí: su propio chardonnay De Mai del Huasco. A nuestra petición accedió a mandar sus cinco vinos a nuestras degustaciones de Mesa de Cata y ya sabemos el fantástico final. “Ni en el mejor de mis sueños hubiera soñado con un debut así de mi marca. Ha sido una inyección de energía para mirar hacia delante”, confiesa entusiasmado.
Chardonnay, pinot noir y garnacha son de Huasco, y el carmenère y syrah provienen del Limarí donde su creador ha buscado dar vida a “vinos con una enología simple, sin maquillaje, que logren transmitir la luminosidad, frescura y los suelos calcáreos de sus viñedos”, explica el técnico quien aprovecha de agradecer a Daniel Llorente propietario de Buena Esperanza quien lo invitó a seguir sus sueños de plantar en Atacama. “Estamos en una zona súper costera, fresca, similar al Limarí que es mi zona mater porque es donde más he trabajado, y la gracia de ambos es que tiene una ecuación muy similar”.
El viñedo de Huasco tiene cerca de 40 centímetros de suelo franco-arcilloso, y después absolutamente blanco, con piedras rodadas que dan características muy particulares a los vinos: frescos, muy nítidos, honestos de su tipicidad de lugar. Mientras syrah es una variedad ampliamente consolidada en el valle -de hecho el mejor del año es TH de Undurraga justamente de la zona-, el carmenère es una suerte de gustito personal de José Pablo Martin ya que pocos han mantenido plantaciones de la variedad ahí. “Para mi es un placer culpable”. Tal como dijimos en la guía, el regreso de José Pablo Martin es una gran noticia para el vino chileno.